El día que Mick Jagger hizo enojar a Charlie Watts
Ocurrió en una parada de la banda en Ámsterdam, donde el grupo acababa de dar un show.

Charlie Watts tenía su carácter a pesar de que aparentaba ser tranquilo, en comparación con sus compañeros. En una anécdota de la banda ocurrida a mediados de los 80 -que Keith Richards contó en su autobiografía- los Rolling Stones estaban de gira cuando un comentario de Jagger enfureció a Watts, que terminó golpeando al cantante.
Tal cual aparece en Vida, el libro de Richards, todo ocurrió en una parada de la banda en Ámsterdam, donde el grupo acababa de dar un show. Mick estaba padeciendo lo que Richards había definido como “LVS”: Síndrome del Vocalista Líder, (por sus siglas en inglés). Según el guitarrista británico, el LVS incluía una sensación de poder desmedida, además de actitudes que podían llegar a ser poco amigables.
Jagger, invadido por esa “condición” y , cerca de las 5 de la madrugada de la mañana siguiente a un show, Jagger comenzó a buscar a Watts para trabajar en una idea para una canción, quién llevaba horas durmiendo en su habitación. Mick tomó el teléfono de la recepción y llamó al cuarto de Watts.
“¿Dónde está mi maldito baterista? ¡Mové el culo y vení para acá!”, dijo el vocalista entre risas. Watts colgó el teléfono, se puso su traje y sus zapatos y bajó a buscar a Jagger. “Ahí estaba Charlie Watts, con un traje de Savile Row, perfectamente vestido, corbata, afeitado, todo eso. ¡Podía oler su colonia!”, cuenta Keith en su libro. “Abrí la puerta y ni siquiera me miró, pasó directamente a mi lado, y fue donde estaba Mick”.
En ese momento, el baterista golpeó al cantante de los Stones, que se desplomó sobre la alfombra. “Nunca vuelvas a llamarme ‘tu baterista’. En todo caso, vos sos mi maldito cantante”, le dijo Watts a Jagger. El enojo entre ambos se habría extendido durante un mes.
Años más tarde, el portal de noticias musicales NME volvió a preguntarle al baterista por este episodio. Watts lo confirmó, sin embargo, quiso aclarar un detalle de la historia: ni él ni Jagger estaban sobrios. Además, el músico contó que el vocalista aprendió la lección y nunca más volvió a llamarlo su baterista.