Escocia y su amor por Maradona: ¿Qué hay detrás de esa relación?
Los dos goles a los ingleses, la rivalidad con su país vecino y siglos de relación tumultuosa son algunas de las claves detrás del cariño que tienen los escoceses hacia Diego.

A Diego se lo reconoce a nivel mundial de eso no hay dudas. Homenajes desde distintas partes del globo invadieron las calles, los medios, las redes para demostrar la admiración por Maradona el día de su fallecimiento. Pero, ¿de donde viene ese amor especial de los escoceses hacia el Diez?.
El hilo conductor también tiene como protagonista a Inglaterra, rival y enemigo de Escocia. Aquellos dos goles de Maradona en México 86, el de la Mano de Dios y el mejor gol de la historia marcaron a fuego la relación entre Escocia y el astro argentino. Dada la eterna rivalidad con Inglaterra, para los escoceses, a partir de ese día, Diego fue considerado un héroe, un ídolo.
En el debut de Escocia en la Euro, en el estadio de Glasgow estuvo presente Diego Armando Maradona con distintos homenajes. En las tribunas, hubo hinchas escoceses con remeras con el rostro del ex futbolista argentino y se vieron a varios fanáticos con caretas con el rostro del Diez.
En poco de historia...
Escocia es una de las naciones que integran el Reino Unido que ha mantenido constantemente una intensa relación de amor y odio con su gran y dominante vecina del sur, Inglaterra. Los escoceses llevan varios intentos buscando abrirse del bloque (El Tratado de la Unión se llevó a cabo en 1707).
En el año 122 a.C., los romanos iniciaron la construcción del Muro de Adriano, del que sobreviven partes, para delimitar la frontera norte del Imperio romano y que, más o menos, dividía a ingleses de escoceses. Amenazados por la dominación escandinava, los pictos y los escoceses se unieron bajo Kenneth MacAlpin, considerado el primer rey de los escoceses, que murió en el 858.
Pero cuando la sucesión de su dinastía se convirtió en objeto de disputa, se invitó a mediar al rey de Inglaterra, Eduardo I, que acabó reclamando la corona, invadió Escocia en 1296 y fue bautizado "Martillo de los escoceses". Las guerras de independencia escocesas se prolongaron hasta 1357, aunque el rey Roberto I Bruce había restablecido de facto la independencia con su victoria sobre las fuerzas inglesas en Bannockburn en 1314.
El Tratado de Paz Perpetua de 1502, firmado por el rey de Jacobo IV de Escocia, y Enrique VII de Inglaterra, buscaba poner fin a las periódicas guerras anglo-escocesas, e incluía el matrimonio entre Jacobo y una hija de Enrique, Margarita. De ese modo se sentaron las bases de la Unión de las coronas de 1603, cuando el bisnieto de la pareja, Jacobo VI de Escocia, heredó la corona inglesa de la reina Isabel I.
Los dos países permanecieron separados durante más de un siglo, hasta que Escocia perdió fuerza, prácticamente en bancarrota por su desastroso intento de crear su propio imperio fundando una colonia en Panamá. En 1707, se firmó el Tratado de la Unión entre Escocia e Inglaterra, que ya comprendía a Gales, y que dio nacimiento a Gran Bretaña.
La Escocia de hoy en día sigue reivindicando sus raíces célticas y el inglés convive con el escocés y el gaélico escocés. También mantiene su bandera —la Cruz de San Andrés, evangelizador y patrón de Escocia— y su propio himno. Cada región/nación del Reino Unido, incluyendo por supuesto a Escocia, tiene sus propias ligas deportivas y selecciones nacionales. Aunque Escocia usa la libra, tres bancos escoceses conservaron el privilegio de emitir moneda, y los billetes escoceses son diferentes de los que se imprimen en el sur.