Pobreza menstrual: No, no es cuando nos viene poco

Pobreza menstrual es cuando las personas que menstrúan no pueden acceder a los elementos básicos para gestionar el periodo: Toallitas, tampones, copaas menstruales, acceso a educación y atención médica en torno a la menstruación, etc.
Suena mal, ¿verdad? Bueno, es peor que eso. Desde épocas remotas que por "recordatorio de pecado original", por culturas misóginas o por ser sinónimo de "impureza(?!)", la menstruación de las personas es motivo de vergüenza o de tabú. Y de lo que no se habla, no existe. Y lo que se esconde, no se puede solucionar.
Al menos hasta ahora, que podemos decir en voz alta que más de 800 millones de personas menstrúan diariamente y que, según UNICEF, de estas personas, 2.3 millones viven sin lo básico en cuanto a servicios sanitarios. La pandemia, claro está, empeoró estas cifras.
Las organizaciones que trabajan por los derechos de la infancia y de las mujeres recuerdan que las fechas señaladas como esta suponen un momento importante para sensibilizar y conseguir acabar con la discriminación y la pobreza menstrual.
También se promueven leyes y talleres para que se fabriquen compresas lavables y reutilizables con materiales locales, que se movilice la economía popular, pero que por sobretodo, se respete y garantice este derecho a la salud mentrual.